La noche, fresca por cierto pero muy agradable, invitaba a vivir una muy linda vendimia y así lo entendió el público que colmó las instalaciones del anfiteatro municipal enclavado en el Camping .
La aplaudida entrada de la Virgen de la Carodilla, portada por integrantes del RIM 11, fue seguida por la bendición de frutos que tuvo una acertada duración y palabras sentidas del Padre Virgna, culminando con el tradicional golpe de reja a cargo del Intendente Gustavo Soto y Giuliana Tumbarello, la soberana saliente.
La apertura de la obra dirigida por el conocido Hector Moreno con el guión de Silvia Cataldo comenzó con un cuadro de una presencia impactante, un cacique proclamando su pertenencia a éste suelo, para seguir desarrollando la historia base, dónde un personaje llamado Hilario le cuenta a una jóven vecina la historia del lugar, comenzando por la llegada a éste lugar, bien apoyado por las imágenes que se presentaban en las pantallas gigantes ubicadas al fondo y en los costados de un muy bien logrado escenario.
Y la llegada de inmigrantes comenzó con los españoles, recordando la importancia de ésta comunidad y allí haciendo una acertada mención al Panadero Juan Riera, todo ello acompañado de muy buena música en vivo.
Claro que entre los inmigrantes se recordó a los turcos, con danza del vientre incluidas, los italianos rememorando a Don Giuliano, un tano que tenía un tambo en El Peral, se incluyó a los franceses, portadores de las cepas que se plantaron en Gualtayarí.
Don Hilario continuaba con su relato y así recordó su infancia, lo que permitió incluir un cuadro con varias canciones de María Elena Walsh, siendo muy celebrada la versión de Manuelita, cómo estaban con su infancia recordó la música y, al ritmo de rancheras, le sumaron la acertada inclusión de varios personajes particulares, cómo el que movía una marioneta subido a sus zancos.
Don Hilario continuaba con la historia, evocando a un amor de la juventud llamada Clara, lo que dio lugar a una bella y poco conocida zamba cantada en vivo con la dulzura que el momento requería y que finalizó con cuadro de la.luna muy aplaudido.
En otro acierto escenográfico, el fuego consumió la casa del contratista, que era el padre de Clara, lo que obligó a la familia a buscar otros destinos; todo ello acompañado con un cuadro de malambo donde se lució el Campeón Nacional, Lautaro Silva.
La historia llevó que, ante la desgracia, los vecinos invocaran a la virgen, que con muy buena presencia escénica y acertado juegos de luces y humo los invitó a cuidar la tierra a partir del amor, seguidamente escuchamos una bellísima interpretación de Virgen de la Carrodilla, que comenzó con una muy afinada voz infantil para seguir con el coro. Excelente cuadro y muy aplaudido.
Llegó el tiempo de la cosecha, con la mano de obra representada por los ballets tradicionales de Bolivia y su habitual colorido y plasticidad, a lo que se sumó la presencia de dos tractores que representaban el avance en las tareas culturales de la finca pero, además, con cintas de colores en sus palas danzaban al compás de la música. Otro cuadro muy bien logrado.
Fiesta de la cosecha en definitiva, no podían estar ausentes cuecas y tonadas, también interpretadas en vivo y con mucha aceptación del público, para también hacer referencia a los 161 años del Departamento y lo joven que se encuentra, lo que fué aprovechado para incluír ritmos actuales.
Recordando que es la Capital de los Vinos de Altura y la importancia de éstos en el consumo, se incluyó un cuadro de tango muy estilizado y acompañado con música de Astor Piazzola, otro acierto que fue muy aplaudido.
La historia siguió con la emoción de Hilario y el reencuentro con Clara, lo que permitió escuchar una muy buena versión del clásico de Pimpinela, La Familia, muy bien ejecutado y cantado en vivo.
Para el cierre se generó otro cuadro de malambo, acompañado de una bandera gigantesca, lo que generó la mayor ovación de la noche.
En definitiva una muy buena puesta en escena, sin puntos flojos, con sonido apropiado y correctos efectos lumínicos, todo basado en una historia sencilla que transitó por caminos conocidos, aunque relatados de forma muy diferente.