Es válido recordar que el Valle de Uco es una zona desértica por la rigurosidad de su clima, aunque ha transformado parte de su geografía en oasis cultivados gracias a la canalización del agua proveniente de los ríos, del deshielo de las montañas y de las escasas lluvias.

Desde que dio comienzo la agricultura de quínoa, zapallos, calabazas, porotos y maíz, junto con el pastoreo de distintos animales, proporcionaron los recursos para la subsistencia de los grupos que habitaban el territorio cuyano en épocas precolombinas. Además, mejoraron sus técnicas con el uso de piedras, huesos, fibras y maderas a las que incorporaron la cerámica, influenciados por poblaciones del Norte andino.

Si bien la llegada de los conquistadores, los patrones alimentarios de Cuyo se fueron modificando paulatinamente. Este proceso se aceleró con la llegada de la gran inmigración, a partir de fines del siglo XIX. El puchero, los caldos, el locro, la cazuela de gallina, la humita, la carne a la bolsa, los embutidos y fiambres, las tortillas y la carbonada, junto con las empanadas son parte del intercambio entre culturas que hoy forman parte de la dieta argentina.

Ahora, para poder conocer un poco de nuestra Gastronomía Andina, el próximo sábado 28 de octubre una un curso y muestras de esta especialidad en la Plaza de Eugenio Bustos.

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