La Justicia de Paz de la Cuarta Circunscripción falló con perspectiva de género en una causa que buscaba multar a la madre de una alumna menor de edad con inasistencias reiteradas a la escuela. En este caso, la jueza resolvió no sancionar a la mujer. ¿Qué tuvo en cuenta la magistrada?
Cuando las faltas se vuelven reiteradas, llega un momento en el que las autoridades escolares deben dar aviso a la Justicia para que se aplique, si así lo considera, una sanción con multa a los responsables de los menores.
La primera acción ya en sede judicial consiste en citar a la familia para la firma de un acta de compromiso. Si esta no se cumple, la Justicia toma cartas en el asunto. Dado que el acta de compromiso se incumplió, el Poder Judicial intervino ante el pedido de multa para los responsables.
Fue entonces que la jueza se empapó del caso: la menor vivía en un hogar monoparental a cargo de una mujer (su madre), que a su vez tiene otros hijos discapacitados, que no tiene un trabajo formal y que cuenta con un alfabetismo bajo. La magistrada entendió, que si bien correspondía la sanción por la responsabilidad de las inasistencias de la menor de 16 años, aplicándola se vulneraba aún más la situación de la madre.
Además, la jueza entendió que la adolescente estaba ejerciendo su autonomía al faltar y dejar la escuela ya que, si bien era menor, ya había formado su propia familia, era madre y hasta había decidido mudarse a San Luis con su pareja, mayor de edad.
En este caso, que tras varios intentos dentro de la comunidad escolar finalmente llegó a la Justicia contravencional, no hubo multa y la joven alumna quedó fuera del radar de la DGE que ya estando en otra provincia le perdió el rastro.
Verónica Fresneda, funcionaria de la DGE, destaca el fallo de la jueza no solo por su perspectiva de género, sino también porque al haber más personas a cargo de esta mujer monoparental, abrió el juego dando intervención a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia de Desarrollo Social.
Fuente y foto: Diario UNO