Se trata de corredores de vapor de agua que, en años Niño como este 2023, llegan con más frecuencia a la Cordillera de los Andes, específicamente a Neuquén, Mendoza y San Juan. En lo que va del presente año ya ocurrieron al menos cinco eventos de precipitación en la Cordillera asociados a este fenómeno, lo que significa un alivio a una seguidilla de años secos en esa región. La mirada del INTA y del Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA – Conicet) sobre este concepto meteorológico y su impacto.
En este sentido, Gastón Moyano, observador agrometeorológico del INTA La Consulta, Mendoza, confirmó el impacto de los ríos atmosféricos en Mendoza: “En agosto se registraron nevadas en la Cordillera de los Andes –del lado argentino– durante tres días, como hace más de 15 años no se veía”.
“Toda la nieve acumulada en la Cordillera de los Andes nos permite tener reserva de agua para las épocas críticas de primavera-verano, cuando los cultivos demandan una gran cantidad de este recurso vital”. A su vez, reconoció la importancia de los ríos atmosféricos en la región: “Tienen un papel esencial en el mantenimiento de las reservas de agua dulce, como las aguas subterráneas, el flujo de ríos y arroyos y la capa de nieve”.
De acuerdo con el observador meteorológico de La Consulta, “la falta de precipitaciones en la provincia impactó en la producción local», “Recién ahora, las reservas de agua están llegando a niveles medios”.