Diego Stortini, es propietario de una pequeña bodega y algunos viñedos del Valle de Uco. Representa a los productores agremiados en la Cámara de Tunuyán (CCIAT). «El año agrícola, ha sido uno de los más complejos desde 1992. Aún tengo, como hijo y nieto de productores vitivinícolas, el reflejo de la helada de 1992 en mi memoria. La cosecha 2023, veinte años después, tendrá particularidades similares a las de ese año», dijo al evaluar las pérdidas de esta temporada y agregó que esta realidad se agravó debido a que luego de la helada tardía hubo tormentas de granizo, que provocaron un desempeño muy irregular en el crecimiento de las plantas.

«En mis fincas en particular, no vamos a llegar a cosechar el 40% de lo que se cosecha normalmente. En promedio, en el Valle de Uco tal vez lleguemos al 60% de los promedios históricos con mucha suerte» añadió Stortini y aclaró que se nota una «diferencia sustantiva entre los productores que no lograron tecnificar y sumar inversiones y aquellos que sí lograron hacerlo. «Hoy se ven muchas fincas abandonadas. La tormenta perfecta, sera la formación de precios de la materia prima, que no se establecen sobre los parámetros de la escasez, la oferta y la demanda», aseguró el productor. 

Stortini apuntó a la realidad financiera del sector. «Lamentablemente, hay un oligopolio que tiene el poder de mercado para marcar los precios de referencia. A eso hay que sumar la inflación anual. Estimamos que con lo que se coseche este año el producto no va a lograr cubrir los costos de los primeros dos meses de operación. Por eso estimamos que, además, este año se verán muchas fincas abandonadas seguramente, dependiendo el impacto que haya tenido el productor», dijo. 

Fuente MDZ

Compartí la noticia