Hace más de 30 años que en el INTA La Consulta se lleva adelante un programa de mejoramiento para el zapallo, que en Argentina se cultiva en unas 37 mil hectáreas, y que ya posee inscriptas unas 12 variedades adaptadas al plano local.
Pedro Della Gaspera, un especialista de la agencia local del INTA, con más de tres décadas de trabajo ininterrumpido en ese área, comentó durante una nota con el sitio especializado «Bichos de Campo»: “La verdad es que hay mucho desconocimiento. La gente tiene un preconcepto bastante bajo sobre lo que es el cultivo de zapallo. Se cree es que es poner semillas simplemente y después cosechar, y sin embargo es un cultivo bastante delicado con respecto a las enfermedades. Se merece mejoramiento genético como cualquier otra hortaliza”.
Contrario a lo que pudiera pensarse, el zapallo es un cultivo que mueve mucho dinero, considerando su cultivo, logística y comercialización por todo el país. Además, el investigador asegura que no es fácilmente reemplazable por otras hortalizas, y que por lo general es consumido al menos una vez por semana en las mesas argentinas.
“Actualmente llevamos inscriptas 12 variedades de zapallo, que están a disposición. A veces hay semillas, otras veces no, porque es bastante difícil la multiplicación de variedades, ya que muchas veces se cruzan entre ellas. Pero el INTA siempre mantiene la pureza genética. Una vez que se obtiene la estabilidad de un determinado material, ya sea una variedad de polinización abierta o un híbrido, se inscribe en el Inase y se pueden empezar a comercializar sus semillas”, explicó el especialista.