La provincia de Salta es el único lugar en el país donde, hasta ahora, se cobra a ciudadanos provenientes de otros países por la prestación de salud pública; como consecuencia de esta medida la atención médica a extranjeros en los hospitales públicos, mermaron en un 90 por ciento.
La distinción en el tratamiento económico según se trate de argentinos o de otras nacionalidades era un antiguo reclamo de un sector de la política que por ahora se vio concretado, luego del caso del docente fallecido en Bolivia, hace dos años, por falta de atención médica, según denuncia su familia.
La decisión del gobierno salteño de que los hospitales públicos cobren por prestar servicios de salud a foráneos reabrió un debate sobre el acceso a la salud para la comunidad internacional, pero también puso sobre el tapete la gratuidad indiscriminada de la salud pública, que en realidad es onerosa, pero a cargo de los contribuyentes argentinos.
Desde mediados de marzo, los nosocomios facturan a los extranjeros: $100.000 por día para internación; $190.000 por día por sala intermedia; $250.000 por día terapia intensiva; $500.000 por parto y $250.000 por terapia neonatal.
Con este cambio en las reglas, se produjo una notoria merma en la afluencia de pacientes provenientes del otro lado de la frontera.