El gobierno de Francia adoptó una reforma jubilatoria por decreto, lo que motivó serias protestas callejeras y disturbios que dejaron al menos 217 detenidos, informó la prensa local.

El presidente Macron quiere retrasar gradualmente la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de aportar 43 años (y no 42 como hasta ahora) para cobrar una pensión completa.

El presidente estimó que no se podía jugar «con el futuro del país» y que «los riesgos financieros y económicos de mantener el actual sistema, son muy grandes»

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