El incidente que originó tan drástica decisión ocurrió el 15 de mayo de 2022, cuando personal policial acudió a una situación por conducción imprudente de una camioneta Amarok. Tras detener el rodado e identificar al conductor, se detuvo otro vehículo, del cual descendió el efectivo que fue despedido.
El efectivo, fuera de servicio y sin justificación, insultó al conductor de la camioneta y, tras apartar al personal policial actuante, le propinó un golpe de puño en el rostro. Pese a que el test de alcoholemia dio positivo para el civil agredido y negativo para el efectivo, el agente desobedeció las directivas policiales de permanecer en el lugar y se retiró a alta velocidad.
La Junta de Disciplina y la Asesoría Letrada del Ministerio coincidieron en que la falta ameritaba la sanción de Cesantía, que se considera agravada por haber causado daño a personas.
La Cesantía es la sanción más severa que puede aplicar la cartera de Seguridad, significando la expulsión definitiva de la fuerza.