No alcanzó el discurso aplomado ni el conocimiento de los mecanismos del estado, tampoco resultaron favorables el «plan platita» ni la campaña del miedo ante un pseudo outsider, que defenestraba de la casta política, aunque en la jugada de la verdad, esa que tuvo lugar el domingo 19 de noviembre, se haya apalancado en un exacerbado y pérfido integrante de la misma, como es #MauricioMacri.
El hartazgo de los votantes se hizo sentir en la preferencia de 14 millones y medio de votantes, exactamente el #55.69% del padrón, una cifra de tal contundencia que transforma al #Peluca en el presidente más votado de la democracia de los últimos 40 años, un dato tremendo que habla, entre otras cosas, del empacho de una sociedad que ha debido soportar (en forma especial en los últimos años) un gobierno inexistente, una inflación galopante, una brecha cambiaria que superó ampliamente el 100%, una pobreza del 40%, una imagen negativa que arrastraba desde hace largos años y, la frutilla del postre, el faltante de nafta y gasoil que se extendió durante cerca de siete días, lo que aumentó el malhumor que se notaba en la calle. Era insoportable ver las interminables colas para conseguir aunque sea medio tanque,
Ese fastidio que mostraban las caras de los automovilistas, que tenían que esperar hasta tres horas para poder hacer funcionar sus vehículos, más las razones enumeradas algunas líneas atrás y las otras miles que nos olvidamos, (Lázaro Baez, la rosadita, los bolsos de López, la Cámpora en el poder, Insaurralde y sus gustos caros, tantos meses de precios descontrolados, etc. etc. etc) detonaron en la resultante de este domingo.
Ahora, el #peronismo comenzará su reestructración con cambio de liderazgos incluído; mientras que #Milei iniciará la transición. La enorme tarea de resolver la crisis está en sus manos, Dios lo ayude a solucionarla en el menor tiempo posible.
Ricardo «Yayo» Guinsburg
Arte de Tapa: Imágen de argentinos decepcionados