No hay dudas que la primera red social de la República Argentina fue la de los radioficcionados, que permitió comunicarse por todo el país, hasta convertirse en una actividad importante en el desarrollo de los servicios de comunicación.
La primera Convención Argentina de Radioaficionados fue celebrada el 21 de octubre de 1948, y en 1950 se promulgaron una serie de leyes que la declararon como de «interés nacional».
De todos modos, los inicios de la radiodifusión datan desde 1907 cuando Tebaldo Ricaldoni, el primer doctor en Ingeniería, comenzó a comunicarse con su colega Mario Arata con ayuda de un equipo de chispa y cohesor y desde allí todo se transformó.
Para el Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), un radioaficionado es definido como “una persona debidamente autorizada que se interesan en la radiotecnia con carácter exclusivamente individual, sin fines de lucro y que realiza con su estación actividades de instrucción, intercomunicación y estudios técnicos”.