El debut de la selección argentina estuvo muy lejos de lo imaginado por la gran mayoría de los connacionales, porque probablemente nadie imaginaba estar viviendo una derrota a manos del poco rutilante equipo de Arabia Saudita.
Prácticamente no había analista que, en la previa, le diera algo de chances al equipo que, desde hace varios años, es una potencia futbolística (además de económica) en Asia y tiene como técnico al francés Hervé Renard, quien había sido el artífice de la clasificación de Marruecos al Mundial anterior.
Renard, elegido tres veces Entrenador del Año de la Confederación Africana de Fútbol (2012, 2015, 2018), ha llevado la metodología de trabajo europea a países futbolísticamente subdesarrollados para edificar equipos competitivos y lograr grandes resultados en citas importantes. En diálogo con FIFA+ en agosto de 2022 había anticipado «Aunque estemos en un grupo complicado, hay que ser ambiciosos. Ir al Mundial sin ambición no tiene sentido. Tenemos que exigirnos al máximo; creer que tenemos opciones y dejarnos la piel”, sentenció el estratega francés.
Mirando lo ocurrido en la mañana de este poco feliz martes 22 de noviembre nos animamos a decir que la defensa de Arabia jugó muy adelantada, regalando sus espaldas lo que permitió argentina marcar tres veces en el primer tiempo, más allá de lo que el VAR terminó definiendo.
Sus mediocampistas y delanteros no presionaron demasiado alto, formaron un bloque estrecho para congestionar la zona medular y dar poco espacio a los rivales y se limitaron a ejercer una presión bien coordinada. Asumieron el riesgo de ceder espacios a sus espaldas, aunque retrocedieron a toda velocidad para hacerlo en superioridad numérica cuando Argentina progresaba con cierto éxito.
Cuando tuvieron el balón en su poder, fueron verticales y veloces para y generar peligro en el área que defendía el «Dibu» Martinez, llegaban en uno o dos toques para hacer que las transiciones muy rápidas y avanzaron con mucha gente, sobre todo por los extremos.
Seguramente fue una sorpresa para todos los argentinos, solo que esto es fútbol y el sábado tendremos revancha.