Las modalidad de estafas virtuales sigue siendo uno de los problemas actuales de la sociedad, en forma especial con las personas de la tercera edad, cómo fué el caso de una mujer jubilada, con residencia en Malargue, que fue engañada de manera sistemática y perdió más de 20 millones de pesos, en un accionar que evidenció la precisión de los ciberdelincuentes.

Uno de los datos que llamó la atención de los investigadores fue el nivel de sofisticación de la maniobra: los delincuentes llegaron a hackear y modificar la dirección de correo electrónico de la víctima, de modo que todas las notificaciones bancarias y de las tarjetas fueron desviadas. Así, la mujer no detectó los movimientos realizados en su nombre, que incluyeron créditos, compras millonarias, incluso de joyas de oro y transferencias a distintas cuentas.

La víctima recién tomó conocimiento de la situación cuando comenzó a recibir notificaciones de deudas. Inmediatamente realizó la denuncia policial, paso fundamental ya que, de lo contrario, “ninguna entidad toma el reclamo”, explicó Aguilera.

Desde Defensa al Consumidor trabajan junto a la damnificada para constatar el destino del dinero y las compras. “Existen nombres y direcciones a donde se enviaron los bienes adquiridos, pero nosotros no podemos accionar directamente contra esas personas. Sí lo permite la Ley de Defensa al Consumidor contra las empresas involucradas», y desde el fuero Civil se pueden iniciar acciones contra eventuales cómplices, precisó la funcionaria.

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