Ella es Gisela D¨Alessandro, rosarina, diseñadora gráfica. El es José Cortizo, mendocio de profesión electricista, ex empleado de Energía Mendoza Sociedad del Estado (EMSE) y desde el 2016 viven el sueño de las eternas vacaciones.
Al igual que el caracol, o sea con la casa a cuestas y con la República Argentina cómo domicilio postal, se dedican a conocer cada rincón del país a partir de la decisión de amor que tomaron para compartir su vida aunque, convengamos, de una manera poco convencional.
Se conocieron en el 2012, cuándo hicieron juntos un ascenso al cerro El Plata y estuvieron con viajes entre Mendoza y Rosario hasta el año 2014 cuándo Pepe tomó un trabajo de electricidad rural en San Juan y ella (que trabajaba en los diseños desde su casa) decidió acompañarlo. En algún momento de ese viaje surgió la idea de conocer cada rincón del País y, en esa dirección marcharon.
Compraron una casilla rodante modelo 87, con el espacio necesario cómo para armar el estudio gráfico y llevar las herramientas del electricista, con el tiempo le agregaron un panel solar que consigue la energía necesaria para que funcionen los cargadores eléctricos (que usa José) la PC, el plotter de corte (son los elementos que usa Gisela) y un par de bicicletas para recorrer aquellos lugares dónde la casilla no puede entrar.
Hasta ahora han estado viajando y haciendo paradas para trabajar y juntar fondos. Comenzaron en Río Tercero, Córdoba; luego Merlo, San Luis; y fueron encadenando: San Rafael (Monte Comán, Valle Grande, El Sosneado), Malargüe (Las Leñas, Valle Hermoso, Castillos de Pincheira, Payunia, etc.), Neuquén, Río Negro, y siguieron bajando por la mágica Patagonia, alternando mar y montaña. Actualmente están disfrutando del verde de la mesopotamia y rondan por San Fe y Entre Ríos.
Consultados por su particular estilo de vida dijeron ; «No todo es color de rosa, tenemos nuestros problemas, como cuando se rompe el vehículo, o donde nos cuesta conseguir trabajo y nos vemos ajustados económicamente. Además, no podemos enojarnos entre nosotros por mucho tiempo, ya que vivimos en tres metros cuadrados (risas). Pero siempre vamos a preferir este estilo de vida, agotando caminos»
Fuente Diario UNO