A partir de los profundos cambios ocurridos en economía nacional desde diciembre del 2023, donde sin lugar a dudas la fuerte disparada de los precios de los combustibles ha sido uno de los factores de cambio más notables, se ha observado una fuerte caída en el consumo, que llega al 23% en enero último. 

Esta situación del alto precio en los combustibles, llevó a muchos automovilistas a tomar la decisión de pasarse de nafta premium a super, a pesar de que no está recomendado sobre todo en los motores que vienen muy comprimidos.

En noviembre pasado el litro de nafta premium tenía un costo de $395. Dos meses más tarde, en enero, ya costaba $862. El salto del 118% tuvo repercusión inmediata en los niveles de consumo e impactó de lleno en la facturación de las estaciones de servicio. Ahora, la nafta premium ya supera los mil pesos.

Según la Secretaría de Energía de la Nación, en enero último se despacharon en el país 190.719 m3 de nafta premium, lo que representó una caída del 23% respecto del mismo mes del 2023.

La baja fue tan pronunciada que la cantidad de combustible vendido fue inferior incluso a la registrada hace cinco años, en enero de 2019, cuando el parque automotor de la Argentina era 1,5 millones de autos más pequeño.

A diferencia de otras oportunidades, esta vez no hubo una migración hacia combustibles de menor octanaje. Por el contrario, las estadísticas muestran que el volumen de nafta súper vendido en el país durante enero se mantuvo prácticamente sin cambios en relación al 2023.

Conclusión: quienes usaban nafta premium, andan menos en auto.

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