El vigente campeón del mundo no pudo hacer pie en la Bombonera y cayó, sin atenuantes, ante Uruguay por 2 a 0 en un partido que mostró, durante toda su extensión, que el equipo que dirige Marcelo Bielsa es una cosa seria.
Uruguay hizo honor a su tradición, fue un rival guerrero, valiente y desacomplejado, y consiguió que al campeón del mundo se le desacomodara la corona por primera vez. Este renovado Uruguay del maestro Bielsa, hizo que por primera vez en mucho tiempo la Selección Argentina abandonara, con la cabeza baja y pasitos rápidos, el césped de la Bombonera una vez consumado el golpe charrúa.
Para que se diera esta situación, hubo cosas extrañas como ver al equipo argentino no encontrar soluciones a los problemas que le plantea el rival de turno. Es verdad que este Uruguay no es cualquier equipo, pero también es verdad que el campeón jugó… como si fuera cualquiera.
Este encuentro es un clásico y todo el mundo del fútbol lo sabe, los clásicos se juegan con pierna al límite en cada cruce, se charla bastate también y se pone un 110% de lo que cada uno tiene; Uruguay lo jugó así mientras que Argentina tuvo su inicio habitual, salió decidida a asfixiar a los volantes visitantes, con el equipo bien adelante, y merodeó el gol en la primera jugada, aunque casi que eso fue todo; porque de allí en adelante los celestes se hicieron anchos en el campo de juego, peleando por la pelota en todas las zonasy con una idea muy clara, que Darwin Núñez y De la Cruz se proyectaran por ese pasillo que quedaba entre los extremos y los centrales de Argentina, a la selección no le fluía el juego; la pelota se empujaba más de lo que se la tocaba, Messi buscaba, forcejeaba, jugaba cuando podía y con eso no alcanzaba, Alexis Mac Allister (amonestado) y Enzo Fernández no se parecían en nada a la versión habitual de ellos mismos y Rodrigo De Paul jugó su peor partido en muchisimo tiempo.
Uruguay fue un justo ganador, Argentina gozará de ese eterno beneficio que otorga el fútbol, que siempre da revancha; tendrá la posibilidad el próximo martes cuando visite a un (también) dubitativo Brasil que anoche volvió a perder, ahora de visita en Colombia, por 2 a 1. Siguiendo con frases hechas, no pasa nada, solo perdimos un partido…. aunque duele mucho.
Ricardo «Yayo» Guinsburg
Sufriendo, como todos, pero con la esperanza de la revancha.